sábado, 1 de enero de 2011

Nuestros miedos, nuestros errores

Daniel Dennett, en su libro Breaking the Spell, explica a la religión como un fenómeno natural, evolutivo. Te pone a pensar. Te hace reconocer que detrás de nuestras ideas, nuestros miedos, nuestras creencias, nuestras actitudes hay toda una historia de procesos naturales, de selección, de desarrollo. De evolución. El señor Dennett es filósofo, de los buenos. Y es ateo (como yo, ja).

Desde que entré a trabajar en la aviación (hace muuuuchos años ya) he sido continua e insidiosamente bombardeado por ideas, actitudes y prejuicios que no sólo están arraigados en las mentes de los pilotos, sino en las mentes de toda la humanidad y ahora veo que una gran parte de esas ideas, prejuicios y actitudes está profundamente apoyada en nuestros miedos, en particular el Miedo al Error por Miedo a la Burla.

Aceptar nuestros errores es casi imposible. Primero muertos que reconocer que metimos la pata. Y aceptar nuestra ignorancia es igual de difícil, palabra, me consta. Mis hijos me lo hacen ver casi todos los días y aunque no lo crean, se los agradezco de todo corazón. Pero la verdad es que es bien difícil no tener temor de ser objeto de burla y por eso somos capaces de inventar cualquier tipo de excusa o pretexto con tal de no admitir que cometimos un error o que simplemente no sabemos algo. Somos animales sociales, queramos o no, y la opinión de los demás, sea o no importante, siempre tendrá influencia en nuestras vidas.

Cuando nos colocamos en una posición de autoridad (de copiloto a capitán, de hijo a padre, de chícharo a supervisor, y así...) no podemos -en nuestras mentes- darnos el lujo de cometer errores, o de demostrar ignorancia porque nuestra credibilidad está en juego. O al menos eso creemos. En consecuencia, no permitimos que nuestra supuesta autoridad se vea desafiada por una -también supuesta- señal de debilidad. ¿Yo, equivocado? ¿Yo, ignorante? ¡Imposible! El Capi (léase papá, mamá, hermano mayor, párroco, supervisor, asesor, jefe, etc.) NUNCA SE EQUIVOCA. El Miedo al Error...

Lo malo, desde mi humilde y posiblemente equivocada perspectiva, es que le tenemos más miedo al escarnio y a la consecuente falta de respeto de nuestros congéneres que al error per se. Cometer errores no es tan grave mientras NADIE se entere... Ajá...

Y, siguiendo con lo malo de esto, no nos damos cuenta de que nuestro temor a equivocarnos, nuestro miedo al error, engendra más errores. Pasamos de vivir en un círculo vicioso a hundirnos en una espiral eterna. Mal... muy mal.

TODOS cometemos errores. Es natural. Es parte de la vida. Ni modo. Pero la ventaja que tenemos sobre todas las demás especies del planeta es que nosotros somos capaces de VER esos errores, y si somos inteligentes, corregirlos. No vamos a dejar de meter la pata ocasionalmente, por el resto de nuestras vidas, pero sí podemos meter MENOS patas. Podemos aprender a aceptar que no somos perfectos (¿alguien podría darme la definición de "perfecto"? ¿sin que esté relacionada a ningún piloto, por favor?) y estar conscientes de nuestra perenne y totalmente humana capacidad de error y así estaríamos menos preocupados por la "posibilidad" de cometer errores y por ende cometeríamos menos errores. Uff... ya me cansé de escribir tanto error.

En mi profesión hay muy poco lugar para las metidas de pata y muy poco tiempo para cacharlas, esquivarlas, evitarlas o arreglarlas. Pueden ser mortales. Y en lo personal prefiero seguir vivo, aunque se burlen de mí, que dejar huérfanos a mis hijos. No soy tan arrogante, creo...

Pero el miedo al error y el miedo a la burla no son exclusivos de mi profesión, y las consecuencias de esos miedos abarcan a la vida misma. Hemos impactado al mundo entero (y a una pequeñísima parte del Sistema Solar) sin ponernos a pensar, sin calcular los alcances de nuestras acciones, en la mayoría de los casos, por desgracia. Hacemos burrada tras burrada y no aceptamos que son burradas. Inventamos y justificamos y alegamos y nos defendemos como gatos boca arriba, pero no admitimos nuestros errores ni nuestra ignorancia. Y si las cosas se ponen difíciles de defender luego luego invocamos a la defensa infalible: la fe. La creencia. La convicción. Esa no falla. No existe argumento alguno que pueda penetrar a la impasible barrera de la fe. Y de eso seguiré escribiendo después.

En fin, como dijera el gran Carl Sagan, eso es lo que pienso, así es como lo veo, pero podría estar equivocado, por supuesto.

3 comentarios:

  1. ME ENCANTA LEERTE CASI TANTO COMO ESCUCHARTE PLATICAR, PERO BUENO A FALTA DE UNA, ME VOY CON LA OTRA...BESOS CUIDATE

    ResponderEliminar
  2. Mi querida Clau... Ojalá pronto podamos volver a charlar, en persona. Pero de todos modos seguiré escribiendo. Es un buen desahogo. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. ¡¡¡ EL ERROR !!! tremendo enemigo, muy interesante Lalo, saludos....

    ResponderEliminar