sábado, 22 de enero de 2011

Malvados vicios...

Ayer fui al Sam´s y cuando leía los precios de las cosas en voz alta decía "pies" en lugar de "pesos". "Mira, hijo, ese televisor cuesta ventitresmil pies...", "...checa, la licuadora está en dos mil quinientos pies...". El pobre muchacho nada más sonreía, me corregía en voz muy bajita "pesos, papá, pesos..." y arqueaba una ceja. Qué vergüenza...

Luego, anoche, soñé que volaba. En un avión. Con sobrecargos y pasajeros. Y en el avión venían mis jefes, observando mi trabajo a través de cámaras. Y me regañaban (de manera muy condescendiente, eso sí) por el altavoz.

Y estoy echando panza.

Ya no me cabe la menor duda. Se tardó pero ya llegó. Los síntomas son inequívocos. No me queda otra más que aceptarlo y esperar a que pase. Tengo todos los síntomas clásicos del Síndrome de Abstinencia. Casi seis meses sin volar...

¿Ven por qué les digo que esto de la volada es adictivo?

Ahora nomás falta que instale el "Flight Simulator" en mi laptop y que me programe sesiones de simulador a las cuatro de la mañana. O que me ponga el uniforme y me vaya al Starbucks de Galerías por un grande-moka-con-crema-batida y les pida mi descuento de empleado de Mexicana. O peor aún, ¡capaz de que les pido (como lo hacemos los tripulantes de CMA) un "crema-y-uno"! O a lo mejor trato de pagar la gasolina con billetes de "Turista", o algo así.

De hecho, creo que hace un par de días les dije a mis hijos que los esperaba "en el lobby" para salir a comer y al del valet parking le dije "you have control". ¡Qué pena!

Bueno, me tendré que armar de paciencia y dejar que se me pase. Si alguien me ve por la calle o en algún mall, deambulando con la mirada perdida y los audífonos colgando de mi cuello, por favor, llamen a mis hijos para que pasen por mí. Recuerden que no soy yo, es el vicio.

En fin, voy a llamar al CEO para pedirles un "artículo 64" en lo que me recupero. ¿Alguien tiene el teléfono del Edificio de Servicios? Gracias. Estamos pendientes y nos oímos en la frecuencia...

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