lunes, 7 de febrero de 2011

Cuestión de mercado... parte I.

Sigo pensando en los problemas de mi país (y del mundo) y sigo viendo lo mismo. Sin embargo, noto las diferencias entre "nuestros" problemas y los problemas "ajenos" y es innegable que los factores culturales son fundamentales. Aquí tenemos pobreza, violencia, carencias básicas, exceso de infiltración religiosa, narcotráfico, intolerancia, nepotismo rampante. Igual que en muchas otras culturas, pero diferente al mismo tiempo.


¿Cuál es la diferencia? Según yo, la diferencia la hacen los motivos que generan esos problemas. Y tengo la impresión de que esas razones, esos motivos pueden ser fácilmente explicados en base a una economía de mercado. Oferta y demanda, aunadas a las ambiciones de las clases gobernantes o a la intrepidez de los empresarios oportunistas.


Como ejemplo veo al narcotráfico. Los cárteles de la droga en México son de los más grandes y poderosos. Cómo no van a ser grandes y poderosos si el principal consumidor del producto lo tenemos de vecino: location, location, location. Los señores narcos son empresarios. Simplemente proveen un "bien" al consumidor. Igual que con el alcohol y con el tabaco, pero sin el amparo de la Ley. Lo mismo, pero diferente, ¿correcto?


En otros rubros el análisis se hace más difícil, pero creo que llegaríamos a conclusiones similares. Tal vez haya por allí algún sociólogo con maestría en economía y conocimientos de mercadotecnia y antropología que nos pudiera ayudar a entender mejor estos procesos...


Los conquistadores de lo que ahora afectuosamente llamamos Hispanoamérica venían en busca de riquezas materiales y, de pasadita, mano de obra barata. Los misioneros venían en busca de riquezas "espirituales", materiales, y de pasadita, mano de obra gratuita. Simples cuestiones económicas, ¿verdad? El resultado: esclavitud, ignorancia, pobreza, el PRI, el PAN y el Yunque.


Las cosas han cambiado... de nombre. Los protagonistas son otros pero la historia es la misma. Es como un refrito de telenovela, con un elenco más nutrido. Pero para ser honestos, sí ha habido cambios. La tecnología nos ha abierto puertas que permiten que se oigan las voces que antes eran apenas susurros en medio de una selva llena de ruido. A pesar del enorme poder que ostentan algunas instituciones (lista encabezada por la Iglesia Católica) la voz de la oposición es cada vez más fuerte y sonora. Ahora lo que debemos de hacer es EDUCAR a esa oposición. No podemos darnos el lujo de convertirnos, al igual que han hecho los partidos políticos en nuestro país, en sustitutos irracionales de los males que deseamos erradicar.


Necesitamos un sistema educativo que ayude a los estudiantes a comprender el mundo en que vivimos, que no solamente los prepare para ser parte de la fuerza productiva de nuestro país. Estamos criando y creando robots. Esclavos inconscientes (ahora les llamamos "empleados"), manipulados y cegados. El sistema educativo en México, y muy probablemente en la mayor parte del mundo, está dedicado a la producción de "mano de obra". Estamos impulsados y altamente motivados por una sociedad consumista a la cual le importa un reverendo cacahuate saber cuál es la velocidad de la luz, o entender la Teoría de la Evolución, o admirar y respetar las maravillas de la vida. Lo verdaderamente importante es manejar un BMW, traer puesta una camisa Giorgio Armani, Gucci o Dolce&Gabanna, tener una tele de plasma de 52 pulgadas, y saberse de memoria los nombres de las novias de Luis Miguel, en orden cronológico y alfabético. ¿A quién no le gustaría eso? Aquí la bronca es que nuestra economía, como país, no alcanza para que TODOS alcancemos esos sueños, que son perfectamente válidos. La bronca es que tenemos nuestras prioridades completamente al revés: primero TENER y al último SER. ?!?!?!?!?!


Y con respecto a la educación escolar en México, seamos honestos: ¿realmente salen preparados los muchachos? No. Salen mal preparados y desmotivados. Unos cuántos sobresalen por mil y un razones, no son mayoría. Entonces, ¿qué estamos haciendo mal? Bueno, según un servidor, estamos demasiado enfocados en una solución que no es más que un placebo. A veces sí mitiga los síntomas, pero no cura la enfermedad. Estamos tomando un simple analgésico cuando lo que se necesita es cirugía mayor y tratamiento de largo plazo. Estamos tirando a la basura las vidas de nuestros hijos obligándolos a asistir a una escuela que no les enseña lo que debería. Hemos perdido de vista, por miopía, por ceguera o de plano por puro gusto, las razones y los mecanismos de nuestros problemas. Oferta y demanda en las manos incorrectas.


Pensar nos ha hecho daño. Esto es, pensar sin razonar. Hemos aceptado las premisas y la "guía moral" de nuestros líderes sociales sin criticismo alguno adoptándolas como propias y transmitiéndolas a nuestros hijos de manera dogmática, obligatoria en la mayoría de las veces. Nos hemos estado metiendo autogoles desde hace siglos. Haraquiri intelectual, cortesía de nosotros mismos. Ha sido lo más fácil.


La sobrepoblación humana es, tal vez, el mayor causante de nuestros problemas. Si empezáramos por allí... no sé, posiblemente tardaríamos muchos años en detener el crecimiento demográfico indiscriminado pero estoy SEGURO de que sería un buen comienzo. El exceso de población es el resultado de nuestra ignorancia. Ignorancia que se ve de cierta forma justificada en aquellas sociedades/culturas en las que no había manera de saber o calcular las consecuencias de la actividad humana y las repercusiones ambientales. ¿Pero, ahora, en estas épocas, en el siglo XXI? ¡Por favor! No tenemos excusa alguna para seguir sobrepoblando a este pobre globo terráqueo. Y aquí se vuelven a hacer notorias la ineficiencia del sistema educativo y el poder de la imposición dogmática y ciega de los grandes líderes morales. Tenemos que entender de una vez por todas que la escasez de recursos ES NUESTRA CULPA. Hablamos de la falta de empleos, de la falta de comida, de la escasez de agua, de la falta de recursos en general, pero JAMÁS criticamos ni mencionamos el EXCESO DE POBLACIÓN.


No faltan recursos, SOBRA GENTE. Y eso es falta de educación.